Juan José Parra, CEO de Grupo JP, presentó hoy jueves 19 de junio la versión de Prueba del Proyecto María, un sistema que redefine la capacidad de respuesta en salud mental. En sus palabras: "Necesitan de 8 empleados para atender a 20 personas en una hora, nosotros podemos recibir a 100 por minuto." Esta afirmación establece el nuevo estándar de María: una plataforma diseñada para ofrecer apoyo emocional a gran escala, de forma inmediata y gratuita, sin sacrificar la calidez humana. Su propósito es claro: no reemplaza la terapia, la antecede.

       

María, la respuesta estratégica de Grupo JP, trasciende la definición de un experimento o una aplicación convencional. Su génesis es un compromiso fundacional con la solución de una necesidad crítica y se enfoca en establecer una capa de acceso sin precedentes. Su diseño no incluye diagnóstico ni prescripción; su propósito es ser la presencia cuando el sistema convencional colapsa, cuando las esperas son inaceptables, cuando la privacidad es vital. María simplemente escucha. Sin filtros. Sin requisitos. Basta con acceder, hablar, y la respuesta llega. En voz. Con el respeto que cada persona merece.

       
           

María fue concebida con un propósito claro: acompañar. Su diseño prioriza la conexión humana genuina sobre la mera impresión superficial.

       
       

Mientras la mayoría orienta la inteligencia artificial hacia la maximización de beneficios, nosotros hemos anclado la nuestra en el cuidado colectivo. Esa fue la elección estratégica y fundamental. Su arquitectura es modular, opera por voz, y sus respuestas se distinguen por su profundidad humana, distanciándose de plantillas genéricas. Es un sistema en constante optimización, lejos de ser un producto estático. Porque escuchar, con la precisión que demanda nuestra visión, es la vanguardia tecnológica.

       

¿Por qué María establece un nuevo estándar?

       

Porque su génesis se fundamenta en la necesidad tangible, en la carencia de alternativas efectivas. Nace del imperativo de construir una solución que funcione sin excusas, operativa incluso donde la infraestructura es limitada. Por ello, no exige formularios ni registros. No requiere conocimientos técnicos. Solo una interacción directa: hablar.

       
               
  • Sin cuentas, sin formularios. Solo la conexión directa para ser escuchado.
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  • Funciona desde cualquier navegador, en tiempo real, sin instalar nada, maximizando el acceso.
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  • Su entrenamiento es radicalmente no-judicativo. Ni una línea de su código fue diseñada para eso.
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  • Su diseño modular permite la integración estratégica en colegios, hospitales, portales institucionales o comunitarios.
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  • Construida sobre principios inquebrantables: empatía estructural, privacidad absoluta y acceso sin fricciones.
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María ya opera en fase piloto. Su expansión es el siguiente paso lógico. Porque esto no es un gesto de “filantropía tecnológica”, es una deuda con un país donde el sufrimiento silencioso es la norma. Con María, Grupo JP demuestra que la inteligencia artificial, cuando es aplicada con propósito y diseñada para la utilidad real, puede ser gratuita, fundamental y profundamente transformadora. Sin objeciones. Así se innova más allá del límite.